plaguicidas en alimentos

Verdades y mentiras sobre plaguicidas en alimentos

Las informaciones sobre la presencia de plaguicidas en alimentos son cada vez más frecuentes y se extienden como la pólvora por las redes sociales, y por WhatsApp especialmente. Cada vez estamos más preocupados por nuestra alimentación, a veces hasta niveles obsesivos, y eso, unido a la falta de información y conocimiento, hace que demos por bueno todo lo que leemos.

 

Pero ya lo decía la cazabulos Gemma del Caño, farmacéutica y experta en seguridad alimentaria, en Innagrotables: Nunca hemos tenido alimentos tan sanos.

 

 

La leyenda negra sobre los plaguicidas

Nos alarman, nos dicen que nuestros alimentos están contaminados, que contienen sustancias tóxicas… pero no nos aclaran que cualquier residuo de plaguicida que pueda tener una fruta o verdura está por debajo de los límites máximos fijados como perjudiciales para la salud y que no hay ningún riesgo a la hora de consumirlos.

Esos límites máximos de residuos se establecen de acuerdo con los niveles resultantes de ensayos realizados en las condiciones de las buenas prácticas fitosanitarias.

Veamos algunos datos. Según un informe de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, en 2016 se analizaron 84.657 muestras para 791 plaguicidas, de las cuales más del 96% de las muestras analizadas sobre residuos de plaguicidas en alimentos se encontraban dentro de los límites legales y alrededor del 51% estaban libres de residuos cuantificables.

Por otro lado, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) publicó el diciembre pasado el Resumen Anual del Programa de Datos de Plaguicidas (PDP) de 2017. El resumen muestra que más del 99% de las muestras analizadas tenían residuos de pesticidas muy por debajo de los niveles de referencia establecidos por la Agencia de Protección Ambiental (EPA). Se realizaron pruebas de alimentos frescos y procesados, incluidas frutas y verduras, así como miel, leche y agua embotellada.

Diréis, con razón, que ambos informes reconocen que quedan residuos de plaguicidas en los alimentos. Pero notad que los informes muestran que todos esos residuos están por debajo de los niveles que se consideran malos para la salud.

Las pequeñas cantidades de pesticidas que pueden permanecer en las frutas, vegetales, granos y otros alimentos disminuyen considerablemente a medida que los cultivos se cosechan, se transportan, se lavan y se cocinan.

Dejadme que os muestre también esta gráfica comparativa sobre toxicidad que he encontrado en un artículo del Dr. Steve Savage.

 

uso de plaguicidas

 

Según estos datos, el 55% de los plaguicidas que se usan son menos tóxicos que la vitamina C (que tomada en exceso tampoco es buena) y el 71% de ellos fueron menos tóxicos que la vainilla que se echa a los helados. El 64% menos tóxicos que la vitamina A (presente también en algunos medicamentos que compramos en la farmacia), el 89% menos que el ibuprofeno y el 97% menos tóxicos que la cafeína de nuestro café (sí, la cafeína de nuestro café).

 

El uso de plaguicidas

La aplicación de plaguicidas es necesaria para combatir plagas y enfermedades. La lucha contra esas plagas es necesaria si queremos alimentos para todos, en cantidad suficiente y a precios asequibles. No siempre hay tratamientos no químicos para combatirlas.

Tenemos que saber que tanto la normativa nacional como la europea son muy estrictas y que determinan la utilización adecuada de los productos, teniendo en cuenta las buenas prácticas fitosanitarias. Además, gracias a la tecnología, cada vez tenemos plaguicidas más específicos y menos tóxicos, sin contar que hay cultivos que ya tienen “su propio plaguicida”, como los transgénicos -alimentos también muy seguros sobre los que ya os hablaré en otra entrada del blog-.

Estos “medicamentos para las plantas” tienen que estar autorizados para su uso e inscritos en el Registro Oficial de Productos y Material Fitosanitario. Sus etiquetas debe incluir información sobre su identidad, riesgos, precauciones a adoptar y su correcta utilización. Su aplicación debe ser realizada por profesionales con una formación específica, no vale cualquier persona.

Por otro lado, el agricultor tiene la obligación de notificar cualquier aparición de plagas o de síntomas de enfermedad de las plantas. Los titulares de las explotaciones están obligados a tener un registro de cada tratamiento de plaguicida que haga. Además, tanto productores como comercializadores de vegetales deben estar inscritos en el correspondiente registro oficial.

Existen controles sistemáticos en los lugares donde se cultivan, producen, almacenan o comercializan vegetales, productos vegetales y otros objetos, y controles ocasionales, en cualquier momento y lugar donde circulan o donde están dichos productos. Existen también inspecciones y programas sistemáticos de vigilancia en la fabricación, comercialización y utilización de plaguicidas, particularmente del cumplimiento de las buenas prácticas fitosanitarias, y, como comentaba, vigilancia de los niveles de residuos presentes en éstos y sus transformados, y en los alimentos preparados a base de ellos. Estos controles también se realizan en los puntos de inspección fronterizos (PIF).

La introducción en territorio nacional de los vegetales, cualquiera que sea su posterior destino aduanero, procedentes de países terceros, se realizará únicamente a través de esos puntos de entrada autorizados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Asimismo, en esos PIF también se realizan las inspecciones para los productos que se exportan.

 

puntos de inspección fronteriza (PIF)

 

Este mapa muestra donde se encuentran localizados los PIF de sanidad vegetal, indicando si se trata de un puerto, un aeropuerto o una estación de camiones (Fuente: MAPA).

Según el informe de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria que mencionaba antes, el 67% de las muestras analizadas procedían de Estados miembros de la Unión Europea (UE), Islandia y Noruega. Se superaron los límites legales en el 2,4% de las muestras para productos de países de la UE y del Espacio Económico Europeo. En las muestras de países no pertenecientes a la UE se excedieron dichos límites en el 7,2% de las muestras.

 

Los cultivos ecológicos también utilizan plaguicidas

Existe la creencia popular de que los cultivos ecológicos no utilizan plaguicidas, pero sí, los utilizan, y está totalmente permitido. Que no os vendan ninguna moto. La agricultura ecológica tiene muchas bondades, pero esta no. Y el informe de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria muestra que en estos productos también se encontraron residuos, aunque en menor cantidad.

¿Y cuál es la diferencia? La diferencia entre agricultura convencional y agricultura ecológica está en que la lista de productos permitidos en esta última es más reducida. Fijaos que la ecológica utiliza también sustancias como el sulfato de cobre, altamente perjudicial para el medio ambiente.

Por lo tanto, el alimento ecológico no es más sano, simplemente cumple con una normativa de agricultura ecológica.

 

8 Comentarios
  • Isabel Caballero
    Publicada a las 20:14h, 19 septiembre Responder

    ACTUALIZACIÓN | La EFSA publica el nuevo informe sobre el contenido de residuos de plaguicidas en los alimentos de la UE

    Se analizaron 88.247 muestras de productos alimenticios (casi 4.000 más que en el informe del año pasado), para la detección de 801 plaguicidas diferentes, analizando una media de 229 plaguicidas por muestra. Según los resultados, el 95’9% de los productos analizados se encontraban dentro de los límites legales establecidos por la legislación comunitaria. Esto quiere decir que se ha producido una reducción del porcentaje de productos que se encontraban dentro de los límites legales, recordemos que en el informe del 2015 la cifra era del 97’2% y en el informe de 2016 se estableció en el 96’2.

  • FEDISPROVE
    Publicada a las 17:07h, 16 abril Responder

    Muy buen articulo. Redactado con objetividad y documentado.

    Aunque la UE tiene el sistema de autorización de materias activas usadas para formular productos fitosanitarios más restrictivo del mundo, la opinión pública no tiene un buen concepto de los productos fitosanitarios, en gran medida debido al desconocimiento que tienen sobre los mismos, y sobre el riguroso procedimiento de autorización que conlleva la aprobación de una determinada materia activa y en una segunda fase la autorización de un determinado producto formulado con esa materia activa. Tampoco se conocen los controles que realiza la administración a los cultivos y a los productos vegetal para comprobar que los LMR no se superan, y si se superasen esa cosecha no llegaría a la cadena de suministro. Nunca antes fueron más seguras las producciones agrícolas en Europa en materia de productos fitosanitarios.
    No se deben cuestionar los modelos científicos frente a corrientes de opinión para denostar a los productos fitosanitarios, los criterios de aprobación y condiciones de uso están basadas en la evidencia científica. Luego, cada cual es libre de elegir su filosofía de vida, pero con conocimiento de causa.

    • Isabel Caballero
      Publicada a las 01:33h, 17 abril Responder

      Gracias por vuestro comentario. Por el tipo de sustancias que son, los productos fitosanitarios requieren los máximos controles posibles, y la normativa aplicable es muy restrictiva.

  • Patricio Piedrabuena
    Publicada a las 19:28h, 27 marzo Responder

    No estoy de acuerdo. Los plaguicidas, no importa la concentración que tengan, son bioacumulables en los suelos donde se aplican y también en el organismo de quien consume esos alimentos.

    • Isabel Caballero
      Publicada a las 18:47h, 03 abril Responder

      Y eso también esta regulado en la normativa. No podemos generar alarmas así como así.

  • Iván S.
    Publicada a las 08:23h, 27 marzo Responder

    No es lo mismo sano que seguro. Un refresco carbonatado y azucarado no es sano, pero sí seguro.

  • Agricultor de la fresa
    Publicada a las 11:07h, 25 marzo Responder

    A este post añadiría que algunos supermercados están exigiendo a los agricultores que esos residuos de plaguicidas estén por debajo de los límites permiticos hasta en un 50% y limitan también el número de sustancias que se puede usar. Esto aunque tiene consecuencias no tan positivas para la agricultura muestra también la importancia que se da a estos temas desde la industria.

    • Isabel Caballero
      Publicada a las 00:00h, 26 marzo Responder

      Así es. Los agricultores y la industria en general son los primeros interesados en producir alimentos sanos y reducir el uso de plaguicidas, pero no siempre hay alternativa a ellos.

      Gracias por tu comentario.

      Isabel

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