26 Abr SOS Salvemos a las abejas
Un informe del Parlamento Europeo pone de relieve los problemas a los que se enfrenta el sector apícola en la UE. Desde la miel falsificada hasta los plaguicidas nocivos que ponen en peligro a las poblaciones apícolas. Por ello, los eurodiputados han pedido cambios para proteger a las abejas de la UE.
Las abejas son un componente esencial de la agricultura europea, y su actividad afecta al 76 % de la producción de alimentos de la UE. Sin embargo, algunos de los plaguicidas que se aplican a los cultivos tienen efectos nocivos en sus poblaciones.
El Parlamento Europeo ha creado una comisión especial para analizar el proceso de aprobación de estos plaguicidas, sobre todo en lo que respecta a la existencia de posibles conflictos de intereses. Además, el Parlamento quiere que los apicultores europeos reciban más apoyo financiero, para hacer de la UE un mercado próspero de miel y otros productos apícolas, mejorando en lo posible la vida de las abejas europeas.
Sin abejas, ni flores, ni frutos, ni semillas, ni alimentos
El 37% de las poblaciones de abejas están disminuyendo. El 84% de las especies vegetales y el 75% de la producción de alimentos en Europa depende de la polinización de las abejas (datos de la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas -IPBES, siglas en inglés-). Es decir, que sin abejas, ni flores, ni frutos, ni semillas, ni alimentos. Lo han advertido desde las organizaciones de productores hasta las organizaciones ecologistas. La Unión Europea, quizás no con la premura deseada, también está estudiando la situación, y todo gracias al eurodiputado húngaro Norbert Erdős, que ha reclamado incrementar la financiación de los programas nacionales apícolas y las medidas para proteger las razas de abejas locales y regionales a través de un documento que el Parlamento Europeo presentó el pasado 23 de enero.
No solo disminuyen las abejasMás del 40% de los polinizadores invertebrados, particularmente las abejas y las mariposas, están en peligro de extinción. En el caso de los polinizadores vertebrados (aves, mamíferos y reptiles), la cifra se sitúa en el 16%. Casi el 90% de todas las plantas con flores silvestres dependen, al menos hasta cierto punto, de la polinización animal. Además de los cultivos alimentarios, de los polinizadores también dependen otros cultivos que proporcionan por ejemplo biocombustibles (como el aceites de canola), fibras (como el algodón), medicinas, forraje para el ganado y materiales de construcción.
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¿Cómo hemos llegado a este punto?
Los expertos sitúan entre los factores que amenazan a los polinizadores la pérdida y el deterioro de hábitats, las prácticas de la agricultura industrializada, como los monocultivos, que suponen una menor disponibilidad y diversidad de alimento para estos insectos, y el uso de plaguicidas. Además, las enfermedades, la mala nutrición y las especies invasoras (como el ácaro varroa, la avispa asiática o el pequeño escarabajo de colmena), así como el cambio climático también estarían entre los factores que han llevado a esta situación.
Desde algunos ámbitos se quiere asociar también la pérdida de colmenas con los cultivos modificados genéticamente, pero lo cierto es que los efectos que puedan tener sobre los polinizadores son poco conocidos y no suelen tenerse en cuenta en las evaluaciones de riesgos. Los cultivos genéticamente modificados suelen ser resistentes a los insectos plaga, lo que significa menor uso de plaguicidas, que se traduce en una menor presión para los polinizadores. Además, permiten controlar de forma específica insectos plaga, sin afectar a otros insectos no plaga, como las abejas o las mariposas, entre otros. ¿Qué podemos hacer?
Para la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas, la solución a este problema pasa por, entre otras cosas:
- Mantener o crear una mayor diversidad de hábitats de polinizadores en paisajes agrícolas y urbanos;
- Apoyar las prácticas tradicionales que manejan la parcelación del hábitat, la rotación de cultivos y la coproducción entre la ciencia y el conocimiento local indígena;
- Educación e intercambio de conocimiento entre agricultores, científicos, la industria, las comunidades y el público en general;
- Disminuir la exposición de los polinizadores a los pesticidas al reducir su uso, buscar formas alternativas de control de plagas y adoptar una gama de prácticas de aplicación específicas, incluidas tecnologías para reducir la deriva de plaguicidas; y
- Mejorar la cría de abejas gestionada para el control de patógenos, junto con una mejor regulación del comercio y el uso de polinizadores comerciales.
Según IPBES, el valor económico de la labor de polinización de las abejas y otros polinizadores para la agricultura oscila entre los 235 mil y los 577 mil millones de dólares. Por ello, aunque solo tuviéramos en cuenta el aspecto económico, merecería la pena proteger las abejas.
Isabel Caballero
Publicada a las 19:24h, 16 mayoACTUALIZACIÓN | Una investigación no halla efectos sobre las abejas de pesticidas vetados por la UE
La investigación, liderada por la Universidad de Córdoba y Almería, no ha encontrado que el uso de clotianidina y tiametoxam afecte negativamente a las abejas melíferas expuestas a ellos.
https://www.efeagro.com/noticia/estudio-abejas-ue-neonicotinoides/
elcapazoblog
Publicada a las 18:13h, 01 mayoEsos pequeños animalitos son oro para conseguir otros productos. Te dejo mi post sobre ellas, escrito al inicio de la primavera. elcapazo.blog
Isabel Caballero
Publicada a las 08:05h, 02 mayosí, no somos conscientes de la importancia de estas insectos y de otros en general. Muchas gracias por tu comentario.
Ya he echado un vistazo a tu blog. Muy interesante. Te sigo.
Un saludo, Isabel